

"Hace poco me di cuenta de que me encantan los zapatos, pero no de me parezcan simplemente bonitos, si no que llegan a obsesionarme. Podría coleccionarlos como quien colecciona monedas o figuritas de acción. Zapatos elegantes, raros, imposibles, incómodos, con colores extravagantes, escéntricos, de brilli-brilli o de formas absurdas para llevarlos en los pies. Zapatos de esos que dividen a la gente en “o los amas o los odias”, de esos que hacen preguntarte “¿quién se pondría esto?” Y lo mejor es que, en muchos casos, yo tampoco me los pondría. Pero de eso se trata una colección: de obsesiones caprichosas.
Siendo realistas, mi única limitación es el dinero. Y, sinceramente, a veces doy gracias de no tenerlo. Si no, acabaría como Carrie Bradshaw en 'Sex and the City', hablándole a mis amigos de diseñadores que suenan a idioma inventado mientras intento justificar mi ruina económica.
Así que, dado que mi cuenta bancaria no respalda mis sueños de “fashion victim”, he decidido ilustrarlos. He creado mi propia colección de zapatos imaginarios, sin límites, sin presupuestos y por supuesto, sin sentido común. ¿Zapatos con alas? Faltaría más. ¿Sandalias con un acuario en la suela? Pues, ¿por qué no?.
Así que aquí están mis zapatos soñados, una oda a lo absurdo, a lo extravagante y a lo completamente innecesario. A veces el mejor complemento es una fantasía sin límites… aunque de momento sea solo en el papel. "

